Hola ! Soy Kiersey , la escritora de esta novela , mi blog va a tratar sobre novelas pero tengo otro que es para subir fotos y noticias. Si tenéis alguna duda por favor ponédmelo por comentario y yo os responderé.

jueves, 3 de mayo de 2012

Una Ducha Divertida: Capitulo 14


-¡Oh, mira esos zapatos! –exclamó pegando la nariz al escaparate. Caitlin la siguió, haciendo exactamente lo mismo que ella.


-¡Son preciosos! ¡Me los compraré para cuando mi hermano y tú os caséis! El otro día vi un vestido que le vienen…


_____ quien seguía con la nariz pegada al escaparate, consiguió analizar las palabras de su amiga. 


-¿Qué has dicho? –preguntó.


-Que el otro día vi un vestido… ¡era monísimo, _____! Ya verás cuando me lo compre –exclamó su amiga, emocionada- era así como…


-Para el carro, rubia. No me refiero a eso, eso lo oí. Me refiero a lo otro…


-¿Qué otro? –preguntó su amiga, mirándose las uñas, para así poder esquivar su mirada.


-Lo de la boda, Caitlin, no te me hagas la tonta, ¿vale? Las dos sabemos que no se te ha olvidado ni media palabra de lo que has dicho.


-¡Vale, si, lo dije! 


-Pues explícame por que lo dijiste –le pidió su amiga- no sé a que viene semejante comentario.


-¡Oh, _____! No te enfades, ¿vale? Quizás me he adelantado un poco a los hechos, pero es cuestión de tiempo que tu y mi hermano…


-¡No! –gritó _____, y la gente la miró. Se controló para no gritar de nuevo- no, no y no. –repitió comenzando a andar.


-¿Pero donde vas? ¡No me he comprado los zapatos! –se quejó la rubia, alcanzándola. 


-Eres el colmo, Caitlin –explotó la castaña. 


-No lo soy, ¿vale? –contestó su amiga caminando a su lado- solo lo dije para darle un poco de humor a la situación, un humor que por lo visto, tú no tienes.


_____ la miró fusilándola con la mirada, ¡claro que no tenía humor! Ella había echo un comentario demasiado absurdo, ¡por dios, era su amiga, no debería de decir semejantes idioteces! Debería de apoyarla.


-¿Y qué si no estoy de humor? –preguntó casi echando humo.


-¡Mira castaña, a gruñir a otra parte! Yo no tengo ganas de aguantar tus tonterías ¿vale? Sabes que soy tu amiga, y que te adoro, pero, sinceramente, no me da la gana que pagues conmigo tus mosqueos. 


-¿Ya has terminado el discurso? –preguntó _____, mirándose los pies. Caitlin refunfuñó.


-¡No! No he terminado. Mira, _____, no pretendía enfadarte ¿vale? Sólo di mi opinión, o más bien, hice un comentario de algo que quería que se cumpliese, porque a pesar de que tú no quieras querer a mi hermano, él es un buen hombre, ¡fíjate si lo es, que es capaz de soportarte! Con tus continuos cambios de humor, por dios ¡ni que estuvieses embarazada! –exclamó- te pones insufrible, y no lo entiendo, y sinceramente, no tengo ganas de aguantar nada de eso. Te ofendí, lo siento… Pero reconoce, que te estás pasando. 


Caitlin alzó la vista hacía _____, a la que no había mirado por su enorme discurso, el que había echado, mirando de un lado hacía otro, paseando brevemente alrededor de su amiga, la que estaba ahora mismo pálida, blanca como la pared.


-_____ ¿estás bien? –preguntó acercándose a ella, para agarrarla un poco. Parecía que se fuese a desplomar- oye _____, contéstame ¿vale? 


-Vale… -la voz débil de su amiga la tranquilizó un poco- te contesto. 


Se sentía terriblemente mal, de pronto se había mareado y los pies no le habían respondido, ni los pies, ni la voz, ni ninguna extremidad del cuerpo. Sentía como si hubiese estado flotando, pero poco a poco había bajado. Y todo por las palabras de su amiga, que la habían golpeado con fuerza. 


La verdad siempre duele…


-_____, me estás asustando, ¿seguro que estás bien?


-Que si… cada vez mejor…


Ambas llegaron a una especie de escalón y se sentaron, después de estar un rato sentadas, y casi en silencio por algunas preguntas tontas, _____ se encontró mucho mejor, había recuperado el color de la cara, y ya sonreía.


-Nos podemos ir cuando quieras –dijo la castaña.


-¿De verdad estas bien? 


-Que si… -ambas se pusieron en pie- Caitlin… 


-¿Si?


-Perdóname… 


-¿Qué? No, perdóname tú a mi… no debería de haberte lanzado semejante discurso.


-Me lo merecía. –contestó ella. 


-Bueno un poco si –concedió su amiga, encogiéndose de hombros y sonriendo- si lo dije, es porque me parece que hacéis buena pareja…


-No empieces, por favor…


-Pero ¿Por qué? –se disgustó Caitlin- de verdad no lo entiendo. Lleváis más de dos meses durmiendo en la misma cama… bueno, quien dice durmiendo lo dice por decir, porque vaya tela…


-¡Caitlin!


-Es la verdad, y no es todo. Lleváis dos meses durmiendo juntos, viviendo juntos, es como si fuerais una pareja que convive.


-Pero no lo somos –dijo con sencillez _____- y tú lo sabes –añadió.


-Y también sé que si no lo sois, no es porque él no quiera serlo. Te juro _____, que todo los años que llevo siendo hermana de Justin jamás lo había visto tan entregado… no sé, como decírtelo. Está, como enamorado de ti… ¡está enamorado de ti! –exclamó.


-¡No digas tonterías! –se quejó su amiga.


-Y tú estás enamorada de él… -añadió Caitlin.


-¡No digas tonterías! –repitió _____.


-No lo son –contestó con sencillez Caitlin- es la verdad, y quizás cuando te des cuenta, sea demasiado tarde…





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