Hola ! Soy Kiersey , la escritora de esta novela , mi blog va a tratar sobre novelas pero tengo otro que es para subir fotos y noticias. Si tenéis alguna duda por favor ponédmelo por comentario y yo os responderé.

jueves, 3 de mayo de 2012

Una Ducha Divertida: Capitulo 16


_____ tiró sus bolsas sobre el sofá que había a un lado de su cama, y después se tiró en dicha cama, suspiró e inconscientemente se puso a pensar en aquel hombre que como había dicho Caitlin… casi qué convivía con ella. No, casi no; convivía con ella.


El tiempo había pasado rápido, quizás demasiado, dos meses que había pasado volando, dos meses que habían vivido el uno con el otro. 


Dormían, comían, todo juntos. Si estaban separados era, porque tanto él como ella trabajaban, Justin que supuestamente, se iba a quedar hasta que encontrase un nuevo piso para vivir él solo, se había mudado prácticamente, a su casa. 


Y ella, para su contradicción se sentía cómoda. Se sentía bien con él. Cómoda. Feliz. 


Feliz como no se había sentido con ningún hombre en mucho tiempo; y eso la atemorizaba. 


No quería acabar como su padre, casándose para divorciarse, o acabar pegándose voces con su marido. Ni como su hermano, que se había casado varias veces, y cada matrimonio era más corto. Ella sabia que el matrimonio y la pareja no era para si misma. Lo sabía demasiado bien, estaba en sus genes.


Y le daba temor acabar así, a pesar de que sabía que su futuro sería el que ella escribiese. 


La puerta se abrió y dio paso a un Justin encantadoramente sonriente.


-Hola, cariño –dijo, y se acercó a ella para darle un beso en los labios. 


-Hola -contestó ella secamente mientras miraba al techo. 


Justin la miró confundido ¿que le pasaba ahora? ¿por qué estaba así? Comenzó a quitarse la chaqueta despacio, mientras observaba a la que era su... ¿compañera de cama? Bueno, lo que fuera, aunque ella no les tenía descripción, él la consideraba mucho más que eso, pero en ese momento no importaba, lo único que importaba era ella, que miraba al techo mientras se acariciaba el estómago cuidadosamente. 


Una vez estuvo medio desnudo se tiró a su lado en la cama, y posó su mano sobre la de ella en su vientre, para detener las rítmicas caricias. 


-¿Estás bien? -le preguntó cuidadosamente, no quería estropear nada, no quería decir nada importuno.


_____ soltó un suspiro bastante sonoro, y lo miró a él. Sus ojos marrones la miraban con curiosidad y preocupación y una parte de ella se enterneció. Dios mío, no podía enamorarse de él... no podía. 


-Dímelo tú -contestó ella- ¿hay algo malo?


-No que yo sepa -dijo él rápidamente, aunque después se quedó pensativo. 


_____ rodó sobre la cama y se puso boca abajo, Justin giró también y se puso del mismo modo, para poder analizar su precioso perfil. 


-Vale, _____; suéltalo. 


-¿El qué?


-Si algo he aprendido en este tiempo que llevamos... no juntos -dijo ironizando las últimas dos palabras para ella- es que cuando quieres decir algo, que te cuesta, das vueltas, y rodeos, así que; suéltalo. 


-¿Que te hace pensar que quiero decir algo?


-_____...


-Vale Justin, si hay algo.


-Bien. Dilo.


-Justin -comenzó, y se puso de pie, dejándolo solo en la cama. Enseguida él se sentó, para por lo menos aparentar un poco de dignidad, porque tenía la sensación de que aquello, lo que se decía muy bien no iba a sonar- Creo que debemos dejar de acostarnos


A Justin se le antojaba gritar. Gritarle a _____. Su boca tenía una mueca de confusión, sus ojos estaban perdidos en la mujer que lo miraba medio suplicante desde una altura superior, la mujer que le acaba de decir, que su no relación, porque no eran una relación estable, si no que solamente era sexo, se había acabado. El sexo había llegado a su fin. 


El glorioso sexo se había terminado...


Justin la miró a los ojos, y vio que ella esperaba una respuesta, pero resultaba que él no tenia ganas de hablar, ni ganas de decirle nada. No quería. 


Se levantó con cuidado, lentamente agarrándose al borde de la cama, aquella que habían compartido una y otra vez. Se puso en pie, y giró sobre sus talones, y sin más dándole la espalda, sin decir una mísera palabra, Justin comenzó a caminar hacía la puerta.


-¿No vas a decir nada? -la voz de _____ lo paralizó. 


-¿Que quieres que diga, _____?


-No lo sé.


-Bien; no lo sé. 


Continuó andando, hacía esa puerta que le parecía tan lejos y tan cerca a la vez. La abrió y salió, después cerró. 


_____ suspiró, confundida y decepcionada, Justin se había ido sin más, sin siquiera decir nada. Se tiró sobre la cama y se tapó la cara con la almohada. Escuchó la puerta abrirse, y la voz tan conocida, saludarla.


-Hola, cariño. 


Justin estaba en la puerta, mirándola y sonriéndole con una sonrisa devastadora, ella se sintió extraña, confundida, y no pudo evitar ese vuelco que le dio el estómago. Más, no lo comprendía. 


-¿Que haces aquí? 


-Llegué de trabajar, y vine a verte. 


-Justin...


-¡Vale! -dijo él, borrando de su cara su preciosa sonrisa- ya veo que no vas a cambiar de opinión, al parecer no puedo transformar el momento.


-¿Qué? -preguntó ella torciendo la boca, y él deseó besársela. 


-Pensé que quizás si entraba de nuevo, me recibirías de una mejor forma, y este episodio tan trágico que acaba de ocurrir en el que me has dicho unas palabras que no consigo analizar correctamente, hubiese quedado borrado, pero al parecer; no tengo suerte. Tú no olvidas, y yo, hago el ridículo.


_____ comenzó a reírse, ¿que más hacer? 


-Eres todo un payaso. 


Él no se rió, no le veía la gracia, ella acababa de... ¿cortar? ¿romper? ¡lo que fuese! con él, y ahora, se reía. ¡Bien, bravo! ¿y ahora, donde estaba el chiste?


-Yo no le veo la gracia, _____ –dijo él serio, aún tenia que comprenderla a ella, cosa que no conseguía- lo que dijiste antes…


-Iba enserio –contestó ella, a pesar de que él no había terminado de hacerle la pregunta. 


-¡No te comprendo! 


-Justin…


-No, _____ no. Explícamelo, porque de verdad quiero entenderlo, ¿vale? Creo que merezco saber por qué… porque termina esto, que, “no” tenemos. 


-¿Qué más da? 


-¡Claro que me da! –sin darle tiempo a reaccionar, él se acercó a ella y la tomó de los brazos, la alzó de la cama y pegó sus cuerpos, apoyó su frente en la de _____, y unió su boca a la de ella, besándola con fuerza, succionando sus labios- me da, y mucho –dijo.


-Yo…


-Sólo dame una explicación –pidió lamiéndole un labio- dime por qué. 


-Nosotros no…


-No, _____ –la interrumpió él, besándola nuevamente- no me digas que no nos compenetramos, porque es lo que mejor hacemos, no me digas que no nos llevamos bien, porque nos llevamos perfectamente. No me digas tonterías, quiero la verdad. 


-Simplemente… -susurró ella- se terminó. Yo lo quiero así –murmuró muy débilmente.


-¿Por qué? –preguntó él- ¿Por qué? –volvió a preguntar, antes de besarla y tumbarla en la cama para colocarse sobre ella- no lo entiendo –dijo entre beso y beso, antes de besarla con fuerza.


Aquel beso que había comenzado fiero, fue volviéndose suave y dulce, y ella tuvo ganas de llorar, Justin reclamaba su boca incansablemente, y la besaba con insistencia, pidiendo y dando. Su lengua se abrió paso entre sus dulces labios, y aferrado a su cuerpo la besó sin descanso. 
________ soltó el aire, cuando él dejó su boca, para besarle la mejilla y los ojos, y luego lamerle los labios con ternura.








-Justin… esto no…


-¿No está bien, _____? –ella negó con la cabeza, y él la besó de nuevo- ¿no?


-No… -susurró ella.


-Eso no es lo que dice tu cuerpo –murmuró él, besándola de nuevo- me deseas, como yo te deseo a ti… y no lo puedes negar.


-Pero no quiero desearte –susurró ella. 


Él la besó de nuevo, con fuerza, reclamando su boca nuevamente, con ansia y desesperación, quería sentirla, porque no la comprendía, no entendía nada de lo que pasaba por la cabeza de esa mujer.


El día anterior estaban bien, habían hecho el amor, habían dormido juntos, se habían abrazado hasta que se habían tenido que despertar, y después de desayunar, se habían ido a trabajar.


Y ahora, ahora simplemente le decía que todo se acababa y él no podía permitir eso, no podía permitirlo, porque la necesitaba. 


La necesitaba. 


La realidad lo golpeó de tal manera que dejó de besarla. Jadeante miró los ojos bañados de lágrimas de _____, y sintió un nudo poderoso en el estómago, un nudo de miedo, de remordimiento. Un nudo que se le estaba formando nuevamente en el corazón. 


Sintiéndose mal se levantó y la dejó en la cama, se giró y respiró hondo antes de mirarla. 


_____ temblaba y se limpiaba las gotas saladas que caían de sus mejillas con rapidez, ni siquiera entendía porque lloraba. Ni siquiera sé porque lloro se reclamó a si misma. Ver a Justin ahí de pie, sin mirarla, sin prestarle atención… le dolía. Como le dolía que la hubiera besado porque eso simplemente le recordaba que no quería dejarlo, no quería que la dejara.


Lo quería con ella, y no podía ser. 


Porque su vida estaba destinada al fracaso. Y por eso ella simplemente vivía el momento, sin futuros planeados.


-Justin –dijo. 


-_____… simplemente dime por qué. 


-Yo… yo te dije que esto era sexo, nada más.


-Y por eso no sé que es lo que hice mal –replicó él- solo hemos tenido eso, y no he hecho nada malo, que yo sepa.


-No lo has hecho. Justin, me estás haciendo sentir como la mala de un cuento. 


-Quizás es que seas la mala de un cuento, _____, la mala de nuestro cuento. Porque sinceramente no te entiendo.


-No hay nada que entender –dijo ella encogiéndose de hombros- no me gustan las formalidades.


Justin se rió sin humor. 


-Vaya una excusa, _____. De verdad vaya excusa –le replicó- hasta yo la daría mejor. 


-Estás siendo injusto –se quejó. 


-Yo creo que no. 


-Justin… los dos sabíamos que esto se iría a acabar. 


-¡No! –la contradijo- tú dijiste que era sólo sexo, _____. Yo no he dicho nada de eso. Para mí eres más que una simple persona con la que pasar el rato, con la que echar un polvo, contigo he convivido, me río y comento las cosas, pero para ti eso no sirve.


-¿Y que quieres? –se quejó ella. 


-Que seas sincera. 


-¿Sincera? ¿Para qué? Si al final vas a acabar cansándote de mí, y tarde o temprano se terminará esto.


-¿Eso crees? –preguntó él sombrío.


-Eso creo –dijo ella, y fue entonces quien se acercó a la puerta para irse- y será mejor que se termine ahora, antes de que me acabe enamorando de ti. 


Justin tiró con furia la camisa sobre la cama, después, quitó el resto de la ropa del armario, y la echó sobre la maleta, tenía prisa por irse, quería irse de allí. Estaba indignado, enfadado y se sentía decepcionado. 


Pero ¿Qué había esperado? Ella le había dejado las cosas muy, muy, pero que muy claras, ellos no eran nada, simplemente tenían sexo. Apasionado, salvaje, sudoroso, ardiente, fogoso, a veces lento, otras rápido y brusco, con prisas y con calma, pero al fin y al cabo; sexo. 


Sin embargo, él no lo sentía así. Para él, no había sido tan solo un cuerpo con el que sudar y sentir placer, ella había sido más que eso, y por eso mismo se sentía tan decepcionado y con tantas ganas de irse de allí. 


¿Cómo narices se suponía que iba a verla por las mañanas cuando acababa de echarlo de su vida? No quería ver lo hermosa que estaba por la mañana, ni su dulce sonrisa. No quería oírla hablar con sueño ni verla desperezarse, y para ello, solo había una solución; marcharse de allí. 


Ya había aplazado demasiado el momento. Le había dicho a su hermana que tan solo iba a estar allí un tiempo; el suficiente como para encontrar un departamento e irse a vivir allí. 


Había encontrado el departamento, pero no se había mudado. Claro estaba que algo lo retenía en aquella casa; _____. Pero ahora… ahora, no había nada que lo hiciera dormir en aquella casa por las noches. 


Aplastó la ropa, y cerró la maleta con furia.


Maldita fuese esa incomprensible castaña. No la entendía, y las palabras que le había dicho antes de desaparecer por la puerta le quemaban el alma. Sobre todo las últimas.


…y será mejor que se termine ahora, antes de que me acabe enamorando de ti.


¿Y por qué narices no podía enamorarse de él?


¿Tan malo era? ¿Tan imposible de amar? Vale, nunca había sido un hombre que se dejara atrapar por una relación sería, le gustaba el cachondeo, las mujeres y el sexo. La fiesta. Pero es que resultaba ser, que, en el último tiempo, justo desde que había conocido a _____; deseaba una relación seria; con ella. Le gustaba el cachondeo, reírse y pasarlo bien; con ella. Las mujeres… o no señor, solo había una; ella. Y el sexo… glorioso sexo, pero tan solo; con ella. Fiestas… ¿Qué era eso? No recordaba haber ido a ninguna… no desde que estaba; con ella. 


Pero ella lo había mandado al infierno. Si, eso había echo, porque lo había echado de su lado, y él se sentía arder de furia y enfado. 


Se había propuesto romper sus muros y conquistarla… ¿para qué? Simple; para nada. 


Pero ya se había acabado, si ella no lo quería junto a si misma, él no tenía porque estar. Fácil.


Ahora tenía un apartamento nuevo, tenía un trabajo, y por lo demás; seguiría con su vida. 


Se sentó sobre la cama y hundió la cabeza entre sus manos, seguiría con su vida… sin ella. 


Que alguien lo salvase, porque se sentía perdido.




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